Días atrás dábamos cuenta del acuerdo firmado entre la norteña (y humilde) provincia argentina de Jujuy y la empresa Player’s Network para hacer realidad el cultivo “más grande del mundo”, una aventura que, sostenemos, sólo será creíble cuando sea verdad. La iniciativa, firmada por el propio gobernador provincial, el controvertido Gerardo Morales, y en la que participará como subsidiaria la firma Green Leaf Farms Jujuy, habla de un sembradío de 14.000 hectáreas en una granja histórica con un siglo de antigüedad y muy cerca de la caliente frontera con Bolivia.
La Secretaría de Gobierno de Salud de la Nación (por recortes presupuestarios del presidente Mauricio Macri Argentina carece de un ministerio de sanidad) firmó este jueves otro acuerdo con la provincia de Morales para la implementación del programa provincial de cultivo y producción de cannabis con fines medicinales. Es esa mini cartera del gobierno la autoridad de aplicación de la Ley Nacional Nº 27.350, por lo tanto tiene a su cargo autorizar la implementación del proyecto jujeño de cultivo de cannabis medicinal.
El convenio habilita el cultivo en la finca El Pongo a través de la recientemente creada Cannabis Avatãra Sociedad del Estado (CANNAVA S.E.) y con el acompañamiento y monitoreo de Salud de la Nación, el INTA y el Ministerio de Seguridad de la Nación. El destino de la producción serán las miles de familias que integran el registro de beneficiarios de una ley que, hasta el momento, sólo representa una burla para esos niños que precisan del aceite.
La estrategia del caracol, recurso burocrático de un país que habilita la dosificación de cannabis a los pacientes al mismo tiempo que persigue cultivadores se encuentra ahora con un nuevo escollo: obtener con celeridad los permisos para la importación de semillas y así dar inicio a la etapa 1 del proyecto, consistente en un plan de cultivo piloto para verificar la adaptación genética de diferentes cepas de cannabis a los predios seleccionados.
Aceites elaborados en la provincia de Jujuy
Luego de eso se podrá contar con las flores y biomasa de cannabis para continuar con la fase de industrialización y poner en marcha el proceso de evaluación médica en hospitales públicos de Jujuy y el resto del país, con aceites elaborados en la provincia para determinar el tipo de derivado de cannabis útil para el tratamiento de epilepsia refractaria, atento a que la marihuana y su uso medicinal requiere de un estricto criterio clínico para su correcta aplicación.
En este contexto, el Estado, principal garante de la salud pública, posibilitará la utilización de derivados medicinales de cannabis adecuados para cada patología, con las garantías propias del mercado legal y las múltiples posibilidades de conjugar los distintos componentes de la planta en sus extractos o aceites. Hasta el momento, sólo están permitidos del consumo los pacientes con epilepsia refractaria.
El objetivo de Jujuy es complementar la mirada que en materia de salud realiza Nación y, a mediano plazo, hacer posible el uso de cannabis medicinal en otras patologías y afecciones sobre la base de los resultados científicos que arroje el programa provincial. Pero, como dijimos, el proyecto por ahora sigue siendo un objetivo borroso.
Fuente Rama
Fuente: La Marihuana