Hace ya varios meses contamos la historia del argentino Daniel Loza, “el Profesor Botánico”, que logró que una de sus cepas cultivadas en la clandestinidad sea estudiada por la universidad.

El querido Profe falleció en agosto de 2018, pero su figura es tan grande que sigue cumpliendo sueños, a pesar de no estar entre nosotros.

Su mano en la tierra es su hijo Charly Kobunco, quien sigue con tesón la pelea de su padre en la ciudad de La Plata, a 60 kilómetros de Buenos Aires.

Ahora, el último deseo del profesor Loza se hace realidad: donarán al Conicet elementos con los que cultivaba cannabis, según cuenta el periódico local.

Daniel Loza, bautizado por la policía como el “Profesor Botánico”, fue un profesor de Matemática que cultivaba plantas de cannabis en su casa y preparaba aceite con fines medicinales que repartía de manera gratuita entre personas enfermas que lo necesitaban.

Sin embargo, sufrió el allanamiento de su vivienda en mayo de 2018 y fue llevado a prisión por esa actividad.

Más tarde, la jueza Marcela Garmendia decidió su libertad porque consideró que Loza no perseguía fines económicos.

Pero estando detenido, todo cambió para el profesor, porque su salud se fue deteriorando, perdió mucho peso y se agravó una enfermedad hepática que padecía.

Falleció en agosto de ese mismo año.

En una entrevista a El Día, Daniel había sido en claro en cuanto a su accionar : “De acá nunca salió un gramo de marihuana. Ni siquiera una flor. Vengo dedicándome a la elaboración de aceite de cannabis con la única finalidad de ayudar a curar a personas que están afectadas por niveles altos de colesterol, diabetes, artritis y mal de Parkinson”.

Ahora, transcurridos dos años de aquella detención, el último deseo del Profesor, según su hijo Kobunco, pudo cumplirse.

Todos los elementos que habían sido secuestrados por la Justicia en aquella ocasión, fueron donados al CONICET (El Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas).

El propio Kobunco contó cómo pudo concretarse esta donación: “Gracias a una lucha incansable, de muchos investigadores, médicos, organizaciones y familias que pelean por sus hijos, porque el dolor no respeta nada, se mete en tu casa, se cumplió el deseo de mi papá. Él había pedido ante la jueza, antes de la liberación, que todo lo que se había incautado se le entregue a la facultad para que lo analice y que si estaba en condiciones se pueda aprovechar para tratamientos. Y así fue”.

“El 1 de junio de este año nos llamaron del CONICET para decirnos que habían entregado las cosas, todo, herramientas, material vegetal, cosas que estaban envueltas al vacío, todo fue entregado al doctor Darío Andrinolo, que se la jugó mucho para que este deseo de papá se cumpla. Creemos que este fallo, es una manera de acercamiento y reconocimiento de la Justicia con los beneficios que el Cannabis puede generar. Es liberarnos un poco a nosotros también. Cumplir con los deseos de tu papá”, expresó Loza.

Asimismo, remarcó que la Fiscalía, fiscales de La UFI 18 y la jueza “nos fue ayudando e hicieron posible este fallo inédito en Argentina. Que todo sea sometido a investigación y no a destrucción”.

“Mi papá era un tipo con una vida común, pero era muy curioso, un científico loco y en 2001 le detectan una enfermedad terminal, que todos los tratamientos que le ofrecían eran experimentales. Podía durar 8 años o vivir 3. Estaba entre durar y vivir. Y optó por hacerse su propia medicina. Empezó a hacer experimentos, funcionaban, y se largó a compartir la medicina generosamente y también su conocimiento a gente que podría servirle. La mejor manera fue armar un canal de Youtube”, contó.

Y recordó cómo se produjo el allanamiento en la casa de su padre y todo lo que vino después: “El cannabis cubre un montón de patologías y él entendía que se podía hacer la medicina propia. Pero bueno, molestó varios intereses, empezó a ver drones por la casa, rondaba gente rara, hasta que el 18 de mayo de 2018 lo allanaron de noche, algo irregular. Todas las herramientas que tenía para arreglar heladeras y lavarropas las pusieron como que eran un laboratorio, un profe narco, y el profesor botánico. Mi viejo era un tipo solidario”.

QUE SEA LEY

Ahora, Kobunco y sus allegados, continúan peleando para que el cultivo de cannabis con fines medicinales se convierta en ley y que lleve el nombre de su papá: “El profesor Loza es un ícono, y ahora apuntamos a hacer una ley, como en su momento fue la Ley Micaela o Justina (sobre violencia de género), queremos que la ley que salga de Cannabis sea la Ley Loza, para que a nadie más le vuelva a pasar esto. Qué no haría uno por un hijo o una familia, si ves que a tu hijo lo ayuda esto a vivir, a caminar, lo acerca a la vida, qué no harías. Eso hacía mi papá. Vamos por una ley Loza. A mi papá le fallaron tres órganos: el Legislativo, el Ejecutivo y el Judicial. No queremos que esos tres órganos le fallen a nadie más” sostuvo y deseó también: “Que mi papá sea ley”.

Fuente: La Marihuana