Continuamos con nuestros post sobre las principales plagas que afectan a cultivos de cannabis hablando en esta ocasión de la cochinilla. Aunque no es una de las plagas más comunes ni de las más agresivas, sí es una de las más difíciles de detectar y hasta cierto punto de eliminar como veremos.

CARACTERÍSTICAS DE LA COCHINILLA

Las cochinillas o Dactylopius son un género de insectos en la superfamilia Coccoidea que incluye más de 8000 especies. La gran mayoría son parásitos de plantas, de la que extraen la savia directamente de su sistema vascular. Las más comunes que nos podemos encontrar en plantas de cannabis, son la cochinilla parda y la cochinilla algodonosa.

Ambas tienen una forma ovalada y un tamaño de unos 4-6 mm en estado adulto. La cochinilla parda posee un caparazón pardo/grisáceo que le da un aspecto de lapa, mientras la algodonosa está cubierta por una capa de pelusilla similar al algodón, de ahí su nombre. Los machos de ambas especies poseen alas, al contrario de las hembras, lo que les sirve para volar buscando una hembra con la que aparearse. Los machos tan sólo viven unos pocos días ya que no se alimentan.

Cada hembra fecundada por un macho, en condiciones favorables, puede llegar a realizar puestas de hasta 2000 huevos. Cuando los huevos eclosionan, nace una pequeña larva que en pocos días se transforma en adulto. A lo largo de una temporada, pueden darse varias generaciones de cochinilla.

Se alimentan de la savia de las plantas, debilitándolas. Principalmente se establecen en los tallos formando pequeñas colonias. Como prácticamente todas las plagas, pueden ser portadoras de virus si vienen de alguna planta enferma. Secretan una melaza similar a la de los pulgones, muy codiciada por las hormigas. Éstas llegan a defenderlas de otras plagas a cambio de esta melaza.

CONTROL Y TRATAMIENTO

La cochinilla es bastante sencilla de tratar, pero debido a su coraza protectora los insecticidas de contacto llegan a ser inefectivos. Las revisiones periódicas bastarán para detectar su presencia, como decimos principalmente adheridas al tallo de la planta. Son muy comunes es especies como rosales, olivos, cítricos o chumberas, por lo que se debería extremar las precauciones cuanto se cultiva cerca de cualquier planta susceptible de sufrir esta plaga.

Se pueden controlar y eliminar manualmente. Si no son muchas se puede raspar el tallo y recogerlas en el sustrato. También seccionándolas con un cuchillo para que mueran en pocos días. Resulta muy eficaz frotar su caparazón con un bastoncillo de algodón empapado en alcohol. En caso de plaga severa, siempre se puede emplear algún insecticida sistémico. Éstos penetran en los tejidos de la planta y se distribuyen por todas sus partes, actuando sobre los insectos que se alimenten de la savia o incluso las hojas.

Fuente: La Marihuana