No sólo los humanos nos sentimos atraídos por los efectos de las drogas. Y muchas de ellas legales como la cafeína, el alcohol o el tabaco, las tres más consumidas en el mundo. El azúcar hoy se encuentra en debate científico y quizá se pase a considerar como “drogas adictivas”.

LOS GATOS Y LA HIERBA GATERA

Pero no somos los únicos, porque muchos animales han descubierto que ciertas sustancias les causan un estado de éxtasis y bienestar comparable al de los humanos. El caso más famoso es el de los gatos son la hierba gatera, conocida también como menta gatuna, nébeda, albahaca de gatos o gataria. Esta planta crece salvaje en terrenos baldíos, ruinas o taludes.

Los aceites aromáticos de esta planta, que a los gatos les gusta comer y frotarse en sus hojas, hacen que los gatos se vuelvan muy juguetones, comienzan a dar vueltas en círculos o cazan ratones imaginarios. No es peligrosa, ya que se suele emplear en la fabricación de juguetes para estimular el propio juego.

LOS DELFINES Y LOS PECES GLOBO

También es conocido el caso de los delfines y los peces globo. Estos peces, liberan una toxina cuando se siente amenazados, que en dosis grandes es mortal. Pero los delfines han descubierto en en dosis pequeñas, tiene un efecto narcótico. En un documental de la BBC titulado “Dolphins: Spy in the Pod”, se puede ver en a gran grupo de delfines entreteniéndose con peces globo.

En este documental, se podía ver como el grupo de delfines le daban pequeños mordiscos, muy cuidadosamente. Y siempre pasándoselo de uno a otro para que todos tuviesen su “dosis” de pez globo. Después, los delfines entraron en un estado de trance, nadando en círculos cerca de la superficie, como fascinados por su propio reflejo.

LOS WALLABYS Y LAS AMAPOLAS

En la Isla de Tasmania, En Australia, existen cultivos legales de amapolas destinados a la fabricación de medicamentos como morfina y otros calmantes. Estos cultivos se ven atacados por los wallabys, un primo de los canguros de pequeño tamaño. También se han dado casos de ovejas que sienten pasión por las amapolas.

Tras comer sus flores, el comportamiento es de lo más llamativo. En el año 2009, Lara Giddings, fiscal general de Tasmania, comentó que tras comer las flores comienzan a dar grandes saltos en círculos cuando se encontró al causante de estas incursiones.

LOS RENOS Y LAS SETAS

Los renos por otra parte, disfrutan comiendo setas, y especialmente la tóxica Amanita Muscaria. Conocen muy bien las dosis a comer para que tan sólo les cause un estado de locura temporal. En zonas del norte de Europa, los chamanes llegan a beberse la orina de los renos que han ingerido esta seta, ya que su sustancia activa no se metaboliza.

La frase en inglés “to get pissed” que significa “emborracharse”, se especula que procede del hecho de beberse la orina de un reno para “colocarse”. Originariamente, los chamanes la hierben para concentrarla en un té. También llegan a reciclarla hasta cinco veces para reducir riesgos de intoxicación, es decir que pasa por el sistema urinario del reno hasta cinco veces.

LOS SAPOS Y LAS MOSCAS INTOXICADAS

A la Amanita Muscaria en muchos lugares se le conoce con el nombre de matamoscas. Muscaria de hecho procede del latín Musca o mosca. Existe una interacción entre este insecto y esta seta. Y es que las moscan ingieren un líquido viscoso que supura en el paraguas de la Amanita que las deja aturdidas, pero no muertas.

Ésto se debe al ácido iboténico, una sustancia presente en ese líquido. Anfibios que habitan bosques húmedos donde crecen las amanitas, se comen las moscas en estado de semi-inconsciencia, absorbiendo su organismo también la sustancia de la seta. Aunque de rebote, parece que disfrutan tanto de sus efectos como las moscas, aunque el final no es el mismo normalmente.

LOS MANDRILES Y LA CORTEZA DE IBOGA

Curioso es el caso de los mandriles y el Iboga o Tabernanthe iboga, un arbusto perteneciente a la familia de las asclepiadáceas que las poblaciones locales de Congo y Gabón principalmente, emplean para combatir la sed y el hambre en condiciones de trabajo extremas.

La corteza y raíz de este arbusto, contiene varios alcaloides entre los que destaca la Ibogaína. Éste es un estimulante del sistema nervioso central en pequeñas concentraciones. El dosis más elevadas, resulta alucinógeno. Se ha podido ver como los mandriles ingieren la corteza de la Iboga momentos antes de una pelea, especialmente por el control del clan.

LOS LEMURES Y LOS MILPIES

Y seguimos con primates. En este caso los lemures negros de Madagascar, que han encontrado en una especie de milpies autóctona una droga muy adictiva. Estos milpies emiten unas secreciones líquidas mediante glándulas odoríferas cuando se sienten amenazados, compuestas por sustancias químicas como alcaloides, benzoquinonas, fenoles, terpenos o cianuro de hidrógeno.

Los lemures negros de Madagascar en principio los irritan intencionadamente y aprovechan estas secreciones como repelente de mosquitos. Pero si química hace que terminen ingiriendo una parte y que terminen completamente colocados. En un documental emitido por la BBC, muestra a lemures en un comportamiento similar al de un humado drogado.

Fuente: La Marihuana