La operación libera a 36 personas obligadas a trabajar el «semiesclavitud» y 13 mujeres sometidas a explotación sexual

VALENCIA/ALBACETE, 19 Dic. (EUROPA PRESS) –

La Policía Nacional han detenido a 81 personas, ha aprehendido 22.463 plantas de marihuana, ha desmantelado 19 naves industriales y ha intervenido 61.000 euros en una operación desarrollada en siete fases y que ha supuesto un «duro golpe a la mafia china en la Comunitat Valenciana». En la última parte del operativo, los agentes han arrestado a 30 personas en València, Madrid, Albacete, Aspe (Alicante) y Elche (Alicante).

Así se ha informado en una rueda de prensa que ha contado con el Delegado del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Juan Carlos Fulgencio Tejedor, y el Comisario Provincial de la Policía Nacional en Valencia, Ignacio del Olmo Fernández.

La organización desmantelada, compuesta por ciudadanos de origen chino, se dedicaba a la producción de marihuana mediante el alquiler de naves en polígonos industriales –radicados principalmente en la Comunitat Valenciana– y a su posterior exportación a países de la UE. Además, el entramado operaba en «células» con idéntico modus operandi y misma técnica de seguridad.

La investigación, por otra parte, ha permitido liberar a 36 personas víctimas de explotación laboral, a las que los responsables de la organización tenían trabajando en condiciones precarias, 24 horas al día, todos los días de la semana. Asimismo, han sido liberadas 13 mujeres que se encontraban en pisos sometidas a explotación sexual.

Las pesquisas se iniciaron en febrero del presente año, si bien es extensión de labores previas que ya habían evidenciado la existencia de una organización criminal de origen chino dedicada, presuntamente, a la producción y exportación de marihuana. Los agentes tuvieron conocimiento de la existencia de nuevos grupos, integrados en el seno de dicha organización, conformados por ciudadanos chinos que centraban su actividad productiva de marihuana en naves alquiladas de diversos polígonos industriales radicados, principalmente, en la Comunitat Valenciana.

Los agentes observaron que la organización operaba a través de diferentes grupos que, aparentemente, desarrollaban su actividad criminal de forma independiente, adoptando el sistema de «células». Sin embargo, la investigación ha permitido acreditar patrones comunes que permiten interrelacionarlos.

Todos ellos utilizaban la misma empresa de mensajería privada para enviar la mercancía al exterior, así como idéntico modus operandi en la exportación: similitud en el embalaje de los paquetes, descripción del producto como ropa, pesaje de unos 10 kg y misma técnica de envasado interior. Además, el proveedor del material necesario para el cultivo y acondicionamiento de las naves de producción era, en todos los casos, la misma persona.

También usaban el mismo método para el transporte de la infraestructura hacia las naves, alquilando coches y furgonetas en casas de Valencia y/o Madrid por breve espacio de tiempo. Asimismo, todas las células coincidían en el empleo de la misma técnica de seguridad, consistente en el alquiler de pisos sin habitar que utilizaban ex profeso como «depósito» de la mercancía y del material necesario para el embalaje de la marihuana y su envío a otros países.

Asimismo, se puso de manifiesto que los grupos se valían de las mismas personas para el montaje de la infraestructura productiva de las naves de alquiler y de la misma persona para el envío de los paquetes de marihuana desde España a Reino Unido y Holanda. De hecho, los agentes observaron una coincidencia reiterada en los nombres de los destinatarios así como en las direcciones de entrega de los paquetes de marihuana con destino Reino Unido. Por último, comprobaron que diversas personas de las distintas células investigadas se interrelacionaban entre sí.

Los responsables de las células tenían doble residencia en València y Madrid y eran constantes sus desplazamientos entre ambas ciudades. En la ciudad del Turia, además, disponían de cuatro domicilios para almacenar, envasar y preparar la marihuana para su envío al extranjero. En los registros de estos depósitos, los agentes localizaron 45,6 kg de marihuana en cogollos así como el material necesario para su preparación y envasado.

La marihuana era cultivada o adquirida en España y exportada a otros países de la Unión Europea, principalmente Reino Unido (Inglaterra y Escocia) y Holanda. El método de exportación se canalizaba a través de diversas empresas privadas de paquetería simulando ser envíos de otros productos, generalmente ropa. Para satisfacer la demanda, los grupos investigados se desplazaban a otras provincias de nuestro país como Jaén, Sevilla, Cádiz o Toledo para comprar a otros proveedores partidas de marihuana que, a su vez, reenviaban por el método anterior al extranjero.

ENVÍOS DE 4.200 KILOS DE MARIHUANA

Los agentes han acreditado que, entre 2018 y 2019, esta organización ha enviado a Europa 325 paquetes que contenían unos 4.200 kilos de marihuana. Además, en el curso de la investigación, se han intervenido judicialmente cinco paquetes -enviados por los diferentes grupos y con destino a Reino Unido y Holanda- conteniendo todos ellos marihuana y arrojando un peso total de 35 kilos.

Igualmente, se ha confirmado que los diferentes grupos de la organización operaban en la Comunitat Valenciana, al menos, desde principios de 2018. Con el curso de la investigación, los agentes han detenido a los responsables de los diferentes grupos y han desmantelado la infraestructura de 19 naves industriales ubicadas en diferentes localidades de Valencia, Castellón, Alicante y Albacete.

El operativo ha permitido localizar y liberar a 36 ciudadanos chinos y vietnamitas en las naves, donde se encontraban sometidos a condiciones degradantes y de «semiesclavitud». Además, comprobaron que carecían de documentación y que habían sido trasladados a España de manera clandestina para ser explotados y utilizados como mano de obra barata para realizar actividades delictivas.

Las jornadas de trabajo eran de 24 horas diarias, durante todos los días de la semana, debido a la necesidad de controlar permanentemente la temperatura, humedad, abono O poda, de las plantas de marihuana así como de garantizar la seguridad de la producción, evitando la intrusión de terceros.

Algunas de las víctimas han relatado que no podían salir a la calle ni comunicarse con el exterior; únicamente recibían comida para poder seguir trabajando «como auténticos esclavos». Asimismo, les prometieron un salario de 500 euros que nunca recibieron y, tras arrebatarle su documentación y su maleta, les obligaron a trabajar en condiciones de absoluta precariedad sin contrato de trabajo ni otro documento similar.

Además, han sido liberadas 13 mujeres halladas en los seis pisos que la organización controlaba en València, Sedaví, Alzira y Dénia. Todas ellas eran de origen chino y ejercían la prostitución bajo coacción. Se encontraban encerradas en viviendas que eran controladas por la red, de forma que conseguían desarraigar a las mujeres de cualquier apoyo social. La explotación sexual era permanente, siendo obligadas a ejercer la prostitución simulada bajo la práctica de masajes, a cualquier hora del día o de la noche, siempre que fueran requeridas por algún cliente.

Las propias víctimas han relatado que tenían que estar disponibles las 24 horas del día, sin periodos de descanso; tampoco contaban con la posibilidad de descartar practicar sexo con determinados clientes y eran amenazadas con castigos si incumplían las normas. Por otra parte, la mitad de lo que cobraban a sus clientes por los servicios que prestaban tenía que ser entregado para la «casa».

Fuente: Europa Press