La primera discusión, la más importante, en aquellos países o estados que legalizaron el cannabis continúa siendo cuál es el modelo de expendio adecuado para cada lugar. Así, conviven en el planeta de la marihuana los coffe shops, los clubes de cultivo y los dispensarios. Estos sitios son muy distintos entre sí, pero todos se han convertido en lugares de culto para los usuarios, al punto que hasta los eligen para casarse.
Una pareja amante del cannabis celebró hace unos días una ceremonia de boda que giró en torno a la sagrada planta.
Según informa la cadena norteamericana FOX, Crystal Lara y Anthony Torres se casaron en el dispensario Mint, en Arizona, para celebrar un día muy especial tanto para la novia como para el novio, ya que el cannabis que comparten ha sido una especie de salvavidas para ellos.
Por todo ello, decidieron que no se casarían en una iglesia o en un club de campo, mucho más típico. Lo harían en un dispensario de marihuana.
Solían bromear sobre su boda. “Familia, amigos y cannabis”, aseguró que diría el novio. Por eso, “qué mejor manera de casarse que en un dispensario”, indicó.
Anthony Torres, un veterano del Ejército, comentó que a su regreso no podía dormir: “Me quedé muchas, muchas noches en vela y traté de lidiar con medicamentos y cosas así para mis lesiones”, explicó. “Las pastillas me enfermaron y lo único que me ayudó para poder sobrevivir fue el cannabis”, sentenció. Así justificó su particular decisión.
Dueños de un club pueden ir a prisión
Una pareja del estado de Colorado que administra un club de cannabis evadió al fisco más de 3 millones de dólares en impuestos
Según las autoridades, el lucrativo club de marihuana, “Lazy Lion”, que abrieron Andrew Parch y su esposa Shuntay en enero de 2013, hizo mas de 10 millones en tres años.
La pareja sin embargo no declaró sus ingresos durante ese período e incluso exigieron un reembolso en 2014, argumentando que habían ganado apenas 19.292 dólares cuando su ingreso en verdad se acercaba a los 3 millones.
Parch se declaró culpable, según anunció la fiscalía este miércoles, y los cargos contra su esposa aún no fueron presentados.
El caso ilustra los fraudes fiscales que se pueden hacer con un negocio del cannabis en Estados Unidos, donde el cannabis fue legalizado en muchos estados pero se mantiene ilegal a nivel federal.
Eso se traduce en un negocio que se maneja solo en efectivo dado que los dueños de los comercios no pueden depositar el dinero en los bancos, que se rehusan a involucrarse con esta multimillonaria industria.
Según documentos judiciales, los proveedores de Parch y su esposa eran controlados por el propio “Lazy Lion”. Sus clientes podían comprar la marihuana en el club y fumarla allí mismo.
Las autoridades determinaron la escala del negocio revisando los archivos de ventas de un programa que la pareja usaba para registrar todas las transacciones.
Parch debe recibir sentencia en mayo. Encara hasta tres años de prisión y una multa de 250.000 dólares. Accedió igualmente a pagar a las autoridades tributarias más de 3 millones de dólares, según un acuerdo al que llegó con la fiscalía.
Fuente: La Marihuana