La pandemia de coronavirus alteró el comportamiento de muchas industrias en el mundo, ya sean legales o no.

En Caracas, Venezuela, esto también ocurre y así da cuenta el portal Cinco8, en un informe en el que dicen que el precio del cannabis se disparó hasta en 1,000 por ciento

La marihuana, un peso de ser ilegal en Venezuela, pasa por un momento de distorsión similar a las actividades económicas legítimas.

Desde que entró en vigencia el decreto de cuarentena, el 16 de marzo, los consumidores activos de marihuana se enfrentan a una pronunciación escasez y una alza de precios que escapa del presupuesto de muchos fumadores regulares.

“Antes de comenzar la cuarentena podías conseguir un gramo por un dólar. Ahora por un gramo te quitan hasta 5 dólares y posiblemente siga subiendo ”, explica Jesús, un caraqueño que no ha podido mantener su consumo personal con regularidad porque el tocado se ajusta a lo que puede pagar.

A más de un mes de la cuarentena, los precios de la marihuana en las calles venezolanas han subido entre un 700 y 1.000 por ciento.

Es una combinación singular: hay demanda, quizás más en vista del encierro en casa, la ansiedad, la necesidad de calmar los nervios, pero dos factores atentan contra la circulación del producto: fronteras cerradas con el país de donde viene la crisis y falta – o encarecimiento— de gasolina para movilizarla por calles y autopistas repletas de puestos de control, donde en muchos sitios solo se puede circular con salvoconducto.

En la capital del país hay retenes policiales y militares en las entradas y salidas de algunos municipios. También las hay en plena autopista.

El riesgo para el vendedor es mayor. Y si no hay gasolina, operar se vuelve mucho más difícil.

La poca que llega importada es controlada por el gobierno central mediante los militares. Y ha florecido un mercado negro interno en el que el litro de gasolina se mueve por encima de los 2 dólares.

CRIPY

La marihuana que se consume en Venezuela viene de Colombia: es ahí donde se siembra, cosecha y empaqueta para su distribución posterior y venta.

Según la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), en 2018 se estimó que Colombia había producido cerca de 44,5 toneladas y para 2019 este organismo disminuyó las pérdidas a 1,92 toneladas.

En agosto de 2019, la policía colombiana había sido incautado en la región de Tolima un cargamento de 2,1 toneladas de marihuana genéticamente modificada que tenía como destino Venezuela.

Esta marihuana genéticamente modificada, actualmente escasa, es la que se consume en Venezuela y de acuerdo con un informe de prensa, el epicentro de su producción es Cali, específica de la región del Norte del Valle, cuna del ya disuelto Cartel de Cali.

Para traer a Venezuela, los traficantes usan los pasos fronterizos ilegales y de ahí transportan la droga a distintos puntos en todo el país, algo muy difícil de hacer ahora.

MÁS ESTRÉS

Jesús trabaja como operador en un call center en Caracas y fuma marihuana de manera regular desde hace dos años.

Como a muchos en todo el mundo, la crisis económica que deriva del coronavirus lo dejó sin trabajo mientras las cosas vuelven a la normalidad.

En condiciones normales, Jesús compraba un promedio de entre 10 y 20 gramos al mes.

“En estos tiempos me ha tocado reducir mucho el consumo y aprender a administrar mejor las cantidades diarias, ya que cuando se acabe no sé cuándo podría volver a comprar. El alto costo es un obstáculo que se puede clasificar si regula el consumo. Sin embargo, para lograr que lleguen a mis manos me ha tocado pedir favorece a conocidos que tengan carro y gasolina para que me la traigan “.

Pablo es estudiante de comunicación social en Caracas y fuma marihuana de manera regular desde hace unos ocho años.

Antes de la cuarentena conseguiremos el gramo en aproximadamente 0,6 dólares.

Un precio más bajo que el promedio, al que podría tener acceso comprando una cantidad mayor en grupo con otros consumidores.

“Ahora cada gramo me viene en 3,5 dólares si logramos llegar a la cantidad necesaria. Si tengo que comprar al detalle, el precio puede ser de hasta 5 o 7 dólares por unidad, específicamente de quién es la venda ”. 

Como a todos aquí, a Pablo también le afecta el problema de la gasolina.

A pesar de tener carro en estos momentos, evita salir, tanto por la cuarentena como por no consumir combustible, lo que ha llevado también a pedirle a sus conocidos que se acerquen a algún sitio cercano para poder buscar la marihuana un pastel.

Desde que aceleraron la escasez de gasolina en medio de la cuarentena, los caraqueños cuidan y racionan el uso de sus automóviles más que cualquier otra cosa.

Y trataré de hacer lo mismo con sus cogollos.

Fuente: La Marihuana