Con un poco de maña nos podemos fabricar un vaporizador casero con unas pequeñas instrucciones

¿No tienes dinero y quieres un vaporizador? Fabrícalo tu mismo.

De todas las formas de consumir cannabis que hay, una de las más saludables es la vaporización.

A diferencia de fumar, la vaporización elimina los tóxicos producidos por la combustión, es decir que utilizamos menor temperatura.

Para lograr ello se caliente la hierba, siempre por debajo del punto en el que se quemaría así evitamos que se produzcan los gases que estamos evitando con esta técnica.

El mercado ofrece hoy en día vaporizadores para todos los gustos y todos los bolsillos, pero en este post de hoy nos propusimos enseñarte a hacer tu propio vaporizador.

Y lo vamos a hacer con elementos que seguramente tengas en tu casa.

Materiales Necesarios

  • Bombilla de tungsteno
  • Cuchillo
  • Tijeras
  • Alicantes de punta
  • Cinta adhesiva
  • Un tubo de vidrio o de plástico de unos 20cm
  • Tapón de una botella de refresco
  • Un trapo o guante de cocina

vaporizador casero

Fabricación del vaporizador

Empezaremos hablando de la bombilla de tungsteno, que es no más ni menos que la bombilla de filamento de toda la vida, de vidrio transparente.

Cuanto más grande sea, mejor, y en ese sentido las de 100w son de un buen tamaño para nuestro fin.

Éste será el cuerpo de nuestro vaporizador casero, pero antes para que funcione debemos vaciarla.

Para lograr esta tarea tenemos dos opciones, o bien hacer un pequeño agujero en el culo de la bombilla, donde se encuentra una pequeña zona negra.

O directamente seccionar todo el ancho del casquillo en la zona más alejada del vidrio.

Está opción última es la más sencilla y rápida de efectuar.

Para ello usa un cuchillo mientras sujetas la bombilla con un trapo o guantes de cocina.

Es importante en este punto que tengas un buen agarre de la bombilla y control del cuchillo.

Ante todo, siempre seguridad y el cuidado propio.

Una vez que hayas agujereado el casquillo, será fácil quitar el vidrio interno que sujeta el filamento utilizando unos alicates.

De esta forma dejamos el interior completamente vacío, listo para enjuagar bien el interior.

Este paso es importante para eliminar cualquier tóxico que pueda contener y que no lo consumamos al momento de utilizar nuestro vaporizador.

Ahora, en el tapón de la botella de refresco debes hacer dos agujeros, por donde pasaran los tubos de vidrio o plástico que tengamos.

Para asegurarnos que funcione correctamente al momento de armar todo, comprueba que entre bien el tapón en la rosca de la bombilla.

Si no es así, busca algún otro tapón, es importante que calce bien para que no cuele aire después.

Los agujeros del tapón hay que hacerlos de forma tal que después no queden holguras con el tubo.

Aunque si es una muy pequeña podemos solucionarlo luego con un poco de cola.

Vamos a colocar el tapón en la rosca de la bombilla.

Sería ideal que se ajuste lo máximo posible para poder ponerlo y sacarlo sin necesidad de usar cinta adhesiva para fijarlo.

Y tampoco que no entre o salga aire entre la rosca de la bombilla y el tapón.

Ahora, en cada uno de los agujeros que hicimos previamente en el tapón, vamos a introducir dos trozos del tubo que hayamos conseguido.

Recuerda que si es de plástico no debemos introducirlo mucho ya que el calor que se generará adentro de la bombilla podría derretirlo.

vaporizador

Utilización del vaporizador

¡Ya tenemos nuestro vaporizador casero ensamblado!

Ahora que está listo para utilizar, debemos hacer la prueba inicial.

Para comenzar debes retirar el tapón y colocar dentro de la bombilla la cantidad de hierba que desees consumir.

Vuelves a colocar el tapón, recuerda de asegurarte que quedé bien apretado y no se escape ni meta aire por ahí.

Debes inducirle calor a la bombilla, para esto puedes utilizar un mechero, soplete o vela, calentando la base de la misma que es donde queda alojada la hierba.

En pocos instantes podrás observar cómo se comienzan a vaporizar los cannabinoides.

¡Recuerda!, ¡no queremos llegar al punto de combustión de la hierba!

Así que debes ir controlando que a medida que se llena de vapor la bombilla, se debe  retirar la fuente de calor para que no se combustione la hierba.

Luego, para consumir el resultado de nuestra invención casera, aspira por uno de los tubos ese vapor.

Mientras que el otro tubo irá introduciendo aire al interior de la bombilla, para que pueda continuar sucediendo el proceso de vaporización.

Conclusión

Este vaporizador casero no es muy diferente a otros manuales que encontramos en el mercado, como puede ser el Vaponic.

Salvando las diferencias en la construcción, los principios que utilizan para su funcionamiento son los mismos.

Tan solo debemos sumar experiencia para poder calcular a ojo la temperatura necesaria para aportarle a la hierba y que no se nos queme.

Así que ya saben, solo queda por delante darle mucho uso a nuestro proyecto casero para poderle sacar el mayor jugo posible.

O, mejor dicho, el vapor.

Fuente: La Marihuana