Que bien suenan los tambores de Ketama y que buen resultado produce ese sonido. Si queremos escucharlo y posteriormente saborear su resultado, habrá que acercarse por Marruecos o no.

Con toda nuestra cosecha ya guardada en los botes y completando el proceso de un buen curado, seguramente llevemos semanas disfrutando de los cogollos que tanto trabajo, dedicación y algún que otro imprevisto que nos ha costado para conseguirlo. Ahora toca simplemente decidir que variedad se fuma en cada momento.

Pero siempre puedes ir más allá y como dijo Lavoisier «la materia ni se crea ni se destruye, se transforma». Se pueden transformar los cogollos en un delicioso hachís, una transformación que se lleva haciendo en algunas culturas y países como Nepal, Pakistán o Marruecos desde tiempos remotos.

Esta en una de las mejores maneras para aprovechar los sobrantes de la cosecha, como los restos de la manicura y los cogollitos más pequeños y aireados. Cuanto mayor sea la calidad y la cantidad de resina que contenga la hierba que usemos, mucho mejor será nuestro hachís, costo, polen, chocolate o como prefieras llamarlo. Recuerda que no destruirás tus cogollos, sino que los transformarás en una rica plastilina de cannabis.

LOS TAMBORES DE KETAMA

Cualquiera que haya tenido la oportunidad de estar en la región de Ketama en Marruecos, quizá tuvo la ocasión de ver las bastas extensiones dedicadas al cultivo de marihuana y que la vista no abarca ver su final. En los fértiles valles a los pies de las montañas de la cordillera de Rif, crecen millones de plantas de marihuana que no hacen muchos años eran variedades índicas compactas y extremadamente resinosas.

Con estas últimas se elaboraban algunos de los hachises más exquisitos del mundo, como los famosos Doble Cero, Ketama Gold o Sputnik.

Muchas familias viven y han vivido de su cultivo y producción

En este paraíso del cultivo de cannabis, donde la elaboración y venta de hachís es el sustento de muchas familias (más o menos un 95% del hachís marroquí se produce en Ketama), es tal cantidad la de plantas de marihuana que se llegan a acumular que tienen que secarlas en fardos amontonadas en los exteriores de las casas o calles de las aldeas. Esto degrada una parte muy importante de THC, y no os podéis imaginar el espacio que se precisa para secar tantas toneladas de plantas.

El sonido de los tambores de Ketama
a89e0631 668e 4f4e 9ece 00bd4fd79fb1 1
Tambores de Ketama

Uno de los sonidos más espectaculares y cautivadores que se puede escuchar y que devuelve el eco de las montañas del Rif, son los tambores de Ketama.

Constantes, acompasados, una perfecta sinfonía digna de cualquier gran compositor del siglo XVIII, las hábiles manos de los bereberes hacen sonar sus tambores reunidos en grandes grupos, fumando en grandes pipas su tan querido kifi y envueltos en un denso humo.

A partir del mes de Noviembre, una vez con el otoño encima y las temperaturas más bajas, la resina de las plantas se solidifica y se extrae con más facilidad. El método es tan rudimentario como eficaz, colocan unos recipientes con un cedazo que es donde caerá el polen, sobre el colocan la hierba y después lo cubren todo con un plástico. Tan sólo queda con dos palos tocar el tambor en un redoble constante para que comienza a caer el polvo dorado tan codiciado.

La gran mayoría de este hachís termina en los propios pulmones de los marroquíes o en los Coffee-Shops holandeses, siendo muy poco el que cruza el estrecho de Gibraltar, así que muchos posiblemente sólo conocerán esta excelente calidad de oídas.

b05e4505 8f4c 450b 9b55 4018984777f3

LOS TAMBORES DE MI CASA

No hace falta «bajar al moro» si se tiene todo lo necesario y de mejor calidad. Si se cuenta con unos excelentes cogollos y que anteriormente se han secado a oscuras conservándose en mejores condiciones de lo que hacen en Ketama. También en el cuidado de las plantas durante su cultivo y que habrá bastante diferencia, ya que allí por Ketama puede haber de todo.

Se debe adquirir un cedazo o malla de serigrafía, por ejemplo el Hash`s Box de Tropical Seeds que tiene una gran calidad y es muy cómodo. En su conjunto cuenta con una malla de 140 micras, la mejor calidad para extraer un buen Doble Cero que son las glándulas más grandes y puras, una bandeja de cristal para recoger el polen, un plástico con correas para sujetar la caja, y dos palos.

El sistema es idéntico al que usan nuestros vecinos marroquís, si bien los acabados son inmejorables.

3d953ad2 fe69 4135 a1ce 2fa23a3b8defLos cogollos que vayamos a usar, sin sobarlos demasiado los metemos un par de horas en el congelador. Esto hará que las glándulas se desprendan con mayor facilidad al mínimo contacto. Posteriormente se colocan sobre nuestras Hash´s Box, cubrimos con el plástico y empezamos a tocar el tambor.

Se recomienda comenzar suavemente para que la primera resina que caiga sean las glándulas más grandes y por lo tanto de mayor calidad. Al cabo de unos minutos, ya veremos una pequeña capa dorada sobre el cristal. Muchos prefieren separar las distintas calidades, así que hay que quitar el cristal y guardar la primera pasada, luego se repite para la segunda, tercera y las que se quieran.

También se puede juntar todo y tener un muy buen hachís, muchos recomiendan de todos modos que se prueben las diferentes calidades.

CON LAS MANOS EN LA MASA

5bacd5e7-1564-48bb-bda0-e43c90d7035dCon este polvo dorado, ya tan sólo quedaría amasarlo. El calor y la presión hacen que la resina se derrita y se mezcle. La presión la condensa, aislándola del aire, la luz y evitando que los hongos la puedan atacar.

Lo mejor, más cómodo y rápido, es coger pequeñas piezas e irlas trabajando de una en una. Cuanto más se trabaje, se hará más oscura y se volverá y mejorará en sabor y potencia. Pronto este hachís parecerá un chicle, con una textura gomosa, brillante y que ya se podrá dar la forma que queramos para su conservación.

Con este material producido por los «tambores de Ketama» no hay que quemarlo con posterioridad para hacerse un porro, y como se suele hacer con el hachís de baja calidad, simplemente se debe pellizcar lo que se necesite y deshacerse con los dedos. De esta forma todos los vapores terminarán en los pulmones y no que se los llevará el viento.

Fuente: La Marihuana