Un buen ejemplo de que los congresos no resuelven todo lo tiene California, lugar en el que el mercado ilegal de cannabis sigue creciendo a pesar de la legalización.

Así lo informa The Guardian en un artículo en el que se pregunta ¿Por qué sigue prosperando el mercado ilícito en California?

Tal como lees: los votantes del estado de California, en el oeste de EEUU, aprobaron una iniciativa electoral para legalizar el cannabis en 2016.

Sin embargo, y a pesar de las apariencias, la industria de la marihuana del estado está en desorden a medida que las empresas legales luchan por obtener ganancias.

Y, claro, el que se beneficia es el mercado ilegal de cannabis.

Mercado ilegal de cannabis

Cinco años después de la legalización del cannabis, California está inundada de signos de una industria aparentemente en auge.

Los californianos pueden dar una calada a los porros de la marca Justin Bieber y hacer cenizas en las cerámicas de 95 dólares de Seth Rogen.

También pueden beber refrescos con infusión de THC, relajarse dentro de un café de cannabis y recibir comestibles en sus puertas.

No obstante, detrás de esa fachada, la industria legal de la marihuana sigue estando lejos del sector próspero y respetuoso de la ley que muchos esperaban. Incluso, es un desastre.

Los votantes aprobaron una ley en noviembre de 2016 que legaliza la marihuana recreativa.

Pero hoy en día, la gran mayoría del mercado permanece clandestino, alrededor del 80-90 por ciento, según los expertos.

La ley de 2016, conocida como Proposición 64, otorgó a los municipios el poder de prohibir la marihuana como mejor les parezca,

En consecuencia, la mayoría de las ciudades y condados aún no permiten la venta de marihuana.

Esto, lógicamente inhibe el crecimiento del mercado legal e insufla el de mercado ilegal de cannabis.

En los lugares que sí lo hacen las tiendas de marihuana crecen.

Los dueños de negocios dicen que los altos impuestos, la disponibilidad limitada de licencias y los altos costos regulatorios han puesto el mercado legal fuera de su alcance.

Y muchos de los empresarios negros y morenos que supuestamente se beneficiarían de la legalización terminaron perdiendo dinero.

Mientras tanto, los consumidores siguen confundidos acerca de qué es legal y qué no.

Y, lo que es peor, siguen acudiendo al mercado ilegal de cannabis.

Mercado ilegal de cannabis

Mercado ilegal de cannabis, inesperado beneficiado por la ley

De momento, la única forma en que las empresas legales con licencia estatal dicen que pueden seguir siendo rentables es mantener un pie en el mercado ilegal de cannabis y sin licencia.

Ellos lo llaman, a menudo, mercado “heredado” o “tradicional”.

Hay que entrar en el mercado tradicional para mantenerse a flote”, explica la consultora de cannabis Ophelia Chong.

Teniendo en cuenta que California es el hogar del cannabis, lo arruinamos de muchas maneras“.

El enigma del cannabis de California habla de los enormes desafíos de sacar a la luz un mercado ilegal de cannabis que durante décadas ha prosperado en las sombras.

Pero los problemas son más profundos que las fallas de la Proposición 64 o las acciones tomadas en los últimos cinco años.

Más bien, la economía de la marihuana del estado está en desorden en gran parte debido a todo lo que sucedió en las dos décadas anteriores a la aprobación de la Propuesta 64.

Mercado ilegal de cannabis

Un poco de historia acerca del mercado ilegal de cannabis en California

La marihuana ha sido durante mucho tiempo una parte crucial de la cultura del estado dorado.

Un ajuste perfecto para la actitud relajada y consciente de la salud que se ha estado infiltrando en la costa oeste desde mucho antes de que llegaran los primeros hippies a Haight.

La historia del caos legal de la marihuana en California se remonta a 1996, cuando los votantes aprobaron una ley que permitía la marihuana medicinal.

En ese momento, los activistas de Bay Area Aids vieron cómo la marihuana aliviaba el dolor y estimulaba el hambre entre sus amigos demacrados y desesperadamente enfermos.

Eso llevó a una campaña de base para obtener la Proposición 215, una medida que legaliza el uso médico del cannabis, en la boleta electoral de California.

Sin embargo, la propuesta solo permitía a los médicos recomendar que los pacientes y sus cuidadores cultivaran su propia hierba.

Esencialmente, California legalizó una mercancía sin legalizar su lado comercial.

Durante los siguientes 20 años, floreció y se afianzó un mercado gris de laissez-faire para la marihuana medicinal.

Con recomendaciones de médicos sobre marihuana medicinal fáciles y baratas de conseguir, los empresarios del cannabis practicaron una forma lucrativa de desobediencia civil.

¿Cómo lo hicieron? Abriendo dispensarios, fabricando comestibles y cultivando hectáreas que generaron suficiente dinero para compensar las represiones intermitentes de las fuerzas del orden.

La industria desarrolló protocolos para que una empresa vuelva a funcionar inmediatamente después de una redada.

Algunos de ellos fueron mantener el efectivo fuera del sitio y ocultar a los propietarios a través de una serie de empresas de gestión.

Si podía soportar la inseguridad jurídica, era un buen momento para ganar dinero con la marihuana.

En 2010, la ciudad de Los Ángeles tenía alrededor de 2.000 tiendas que componían el mercado ilegal de cannabis.

En todo el estado, el mercado ilícito total se disparó, lo que provocó que los carteles mexicanos dejaran de cultivar marihuana o reubicaran sus cultivos en California.

Algunos municipios intentaron controlar este salvaje oeste de la marihuana mediante la concesión de licencias, los impuestos y la regulación de las empresas locales.

Sin embargo, no lo hicieron de forma equilibrada, algo que tendrán que reparar.

Así están las cosas en California, que hoy se debate como solventar un mercado que, de aumentar el precio del gramo, empujaría aún más a los usuarios al mercado ilegal de cannabis.

Por lo bajo, cada vez son más los que ven en la legalización federal una solución que se parece mucho a la alegoría de la luz al final del túnel.

Fuente: La Marihuana