La rama vallisoletana importaba el speed de tierras vizcaínas y cultivaba la marihuana en plantaciones en esta provincia

VALLADOLID, 19 Nov. (EUROPA PRESS) –

Nueve del total de once presuntos ‘narcos’ encausados por la ‘Operación Incocable’ desarrollada entre 2017 y 2018 por la Guardia Civil en las provincias de Valladolid y Vizcaya, saldada con la incautación de más de diez kilos de speed y treinta de marihuana cuyo valor en el mercado podría superar los 500.000 euros, ya han pactado su condena.

El juicio está previsto que se inicie este miércoles, 20 de noviembre, en la Audiencia de Valladolid, aunque podría llegar a no celebrarse y quedar reducido a una mera comparecencia en la que los acusados confirmen el acuerdo alcanzado con el Ministerio Fiscal, siempre y cuando los dos que quedan por hacerlo, Jesús José C.T. y Jorge M.A, se sumen al pacto, según informaron a Europa Press fuentes jurídicas.

Se da la circunstancia de que uno de estos dos últimos, Jesús José C.T. se está aún recuperando de un grave accidente de tráfico, por lo que está en el aire si estará o no en condiciones de comparecer en la vista oral.

Inicialmente, la acusación pública solicitaba penas que en su conjunto se elevaban a casi 87 años de prisión para los once procesados por delitos de pertenencia a grupo criminal, tráfico de drogas en la modalidad de notoria importancia, tanto de las que causan grave daño a la salud como de la que no. A otro de ellos, Jesús José C.T, se le acusa de un delito de un delito de depósito de municiones.

Las penas del escrito de calificación provisional que han sido modificadas a la baja oscilaban entre los diez años y medio y siete años de cárcel, con multas también de entre 760.000 euros y los 7.300 euros.

El acuerdo global alcanzado por los nueve encausados no supera los 35 años de prisión, medio siglo inferior a la petición inicial del fiscal, con condenas que oscilan entre los seis años y medio aceptados por el presunto jefe de la banda, José Antonio C, Teodoro Manuel E.A. y Julen G.L, en los tres casos por delito de tráfico de drogas de notoria importancia, de las que causan grave daño a la salud, y grupo criminal, y los dos años para Julio F.G. y María N.B, los mejor parados del citado pacto.

La operación ‘Incocable’ permitió desarticular una de las más importantes redes de distribución de drogas que operaban en la provincia de Valladolid, mediante su venta a ‘camellos’ que, a su vez, la vendían en dosis al por menor en lugares de esparcimiento de la ciudad y pueblos del alfoz.

Las investigaciones se iniciaron en agosto de 2017 al detectarse en establecimientos de ocio un incremento de consumos y tenencia de speed, tras lo cual se inició la operación centrada en un principio en dos personas con contactos a su vez con otras dedicadas presuntamente al tráfico de sustancias estupefacientes en Bilbao.

La rama vallisoletana estaría integrada por el presunto cabecilla, José Antonio C; su expareja, María N.B; Teodoro Manuel E.A, Luis Miguel G.G, Julio F.G. y Jesús José C.T, mientras que la vizcaína la compondrían Julen G.L, Raúl A.O, la pareja formada por Jorge M.A. y Zuriñe C.L, Sendoa G.R. y Jesús José C.T.

A medida que avanzaban las pesquisas, se detectó un grupo organizado que operaba en Valladolid y que distribuía la droga a través de dos tiendas ‘Grown Shop’ especializadas en el asesoramiento de cultivo del cannabis, regidas por Julio F.G, de 43 años, y su empleado, Luis Miguel G.G (‘el gafas’), de 45, y a través de ‘camellos’ en las zonas de ocio.

Este grupo de delincuencia estaba especializado en la distribución de marihuana y speed, con la particularidad de que la primera la obtenían a través de plantaciones en fincas al efecto en localidades de la provincia (Villanueva de Duero y Esguevillas de Esgueva) y Zamora (Castroverde de Campos) y Vizcaya. Una vez recolectada, la elaboraban y empaquetaban para su venta a través de las dos tiendas que regentaban.

EN LA ESTACIÓN DE AUTOBUSES

En cambio, el speed lo importaban desde el País Vasco. Parte de esta droga se ocupó al manco Teodoro M.E.A, de 50 años, en la Estación de Autobuses de Valladolid en posesión de 9 kilos que portaba en una mochila nada más bajarse de un autocar de línea procedente de Vizcaya.

El speed lo traían también en vehículos preparados para la ocultación de la misma, usando lanzaderas y adoptando medidas de seguridad con el fin de evitar la acción policial o también moviéndola en transporte público (líneas regulares), como en este caso, para una vez en Valladolid distribuirlo a través de ‘menudeadores’ en centros de ocio y esparcimiento.

Como resultado de los registros, la Benemérita se incautó de droga valorada en cerca de medio millón de euros: más de diez kilos de speed, casi treinta de marihuana, seca y envasada, 813 gramos de hachís,49,5 gramos de cocaína, 4 gramos de opio, 2 pastillas de éxtasis, 50 gramos de hongos alucinógenos, 200 gramos de polvo amarillo pendiente de análisis, 180 gramos de sustancia granulada pendiente de análisis, 400 gramos de polvo blanco pendiente de análisis, 1.000 gramos de Manitol, así como dos vehículos, unos 3.000 euros en efectivo y gran cantidad de útiles para transporte y ocultación de sustancias estupefacientes y psicotrópicas.

Con posterioridad, en junio de 2018 la Guardia Civil detuvo a Jesús José C.T. en Becilla de Valderaduey (Valladolid) en posesión de 38 gramos de cocaína, 2 kilos de cannabis y distintos tipos de munición.

Los agentes de la Guardia Civil le detuvieron como continuación de la ‘Operación Incocable’, llevada a cabo en diciembre de 2017, si bien entonces no se procedió legalmente contra el mismo al no poder probar la comisión de ningún ilícito penal por su parte.

En la realización de los registros en una vivienda en Becilla y otra que frecuenta con asiduidad en Villalón de Campos fueron intervenidos 38 gramos de cocaína, 2 kilos de cannabis sativa (Marihuana), seca y en cogollos; un sistema de cultivo ‘indoor’ de cannabis sativa con 80 plantas de tamaño pequeño en su interior; una carabina calibre 22 nº de serie 918932, sin documentación; 204 cartuchos metálicos del calibre 22; una ballesta Cross Bow, también sin documentación; cinco flechas; 17 cartuchos metálicos calibre 8 mmk (munición diseñada para control de masas, estando cargada de gas lacrimógeno); diversa munición-cartuchería metálica (3 cartuchos 9mm largo; 9 cartuchos 9mm parabellum; 1 cartucho calibre 2,70; 2 cartuchos calibre 7,62); maquinaria industrial para el picado de cannabis sativa, y tres básculas de precisión.

Fuente: Europa Press