La ley peruana que habilita el uso de cannabis para tratamientos medicinales tiene algunos errores, y así lo reclaman los usuarios que tanto lo necesitan.

El portal Noticias por el Mundo da cuenta de un reclamo justo: asociaciones de pacientes se quejan por la falta de acceso a tratamientos y plantean nuevo proyecto de ley.

“Nada ha cambiado”, dice Francesca Brivio, representante del colectivo Cannabis Gotitas de Esperanza, ante la consulta sobre la aplicación de la Ley que regula el uso del cannabis medicinal y sus derivados, aprobado en 2017.

Pese a la norma, los pacientes todavía exigen al Gobierno que se agregue a ella el autocultivo personal y colectivo con el fin de facilitar su acceso a los enfermos que lo requieren.

La ley de acceso al cannabis medicinal y sus derivados establece la importación, producción y comercialización del producto, pero, hasta ahora, cuenta Brivio, solo hay una farmacia, perteneciente a Digemid, que vende el aceite de cannabis, un solo producto de todos los que se puede conseguir a base de esta planta.

“El problema es que solo venden un medicamento, pero la planta de marihuana tiene muchas cepas y muchas variantes; sin embargo, hasta ahora solo venden uno de toda la gama que necesitamos”, denuncia Francesca, quien asegura un desacato a la ley, pues en la norma se indica “cannabis medicinal y derivados”, pero eso no se cumple, sentencia.

Los congresistas Daniel Olivares y Alberto de Belaunde han aceptado escuchar la demanda de las asociaciones Cannabis Gotitas de Esperanza y de la Federación de Cannabis Medicinal (Fecame) para presentar un nuevo proyecto de ley que complemente la Ley N° 30681, en donde se estipule el autocultivo y el cultivo colectivo, como una forma de autonomía de los pacientes, ya que por ahora todo está en manos de las empresas.

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FALTA DE ACCESO

“Hace dos meses que mi hijo no consume su medicina (cannabis medicinal)”, cuenta Edgar, hijo de Renato, un bebé con microcefalia, una enfermedad que le produce convulsiones.

Inicialmente los doctores le recetaron otros medicamentos, pero estos no le hacían efecto.

Hasta que comenzó probar con el cannabis, y, cuenta, los resultados han sido positivos: de 40 convulsiones diarias bajó a 10, luego a una por día, e inclusive a una por semana.

Eso ha mejorado su calidad de vida.

Lamentablemente, si antes de la pandemia ya era difícil de conseguir el cannabis por falta de implementación de la ley, en medio de la crisis sanitaria se ha vuelto más complicado.

Edgar ya no puede movilizarse para poder comprar la medicina que necesita su hijo y eso le genera una enorme preocupación.

Similar es el caso de Juana, una joven que padece epilepsia refractaria, que empezó a utilizar cannabis para controlar sus crisis y pasó de tener 20 al día a una al mes.

Ella reclama por tener más vías de acceso al cannabis para los pacientes que la necesitan, ya que la cuarentena por el nuevo coronavirus les ha impedido poder conseguirla.

Pero el problema del acceso al cannabis medicinal no es reciente, precisa Francesca.

Ellos desde el año pasado vienen reclamando para que las personas puedan acceder a los diversos tratamientos que se puede sacar del cannabis, ya que por ahora la única farmacia que se ha implementado, luego de la publicación del reglamento de la ley, solo vende un tipo de aceite, pero la gran cantidad de pacientes requieren diversas porcentajes de cannabidiol (CBD) y tetrahidrocannabinol (THC), entre otros componentes.

Además, asegura, actualmente en la farmacia ya se acabó el stock, así que, al no haber más, los pacientes tienen que seguir apostando por autocultivo (no controlado) y por los mercados paralelos, en donde los costos son más elevados.

NUEVO PROYECTO

Con el fin de mejorar la Ley que regula el uso del cannabis medicinal y sus derivados, el colectivo Cannabis Gotitas de Esperanza y la Federación de Cannabis Medicinal (Fecame), han redactado un proyecto de ley que busca complementar el que ya se aprobó.

Según Francesca Brivio, este proyecto buscará, sobre todo, la aprobación del autocultivo personal y colectivo, una medida necesaria para mejorar el acceso a los pacientes, ya que actualmente hay una diferencia enorme con respecto a los precios.

Hasta ahora, los pacientes siguen adquiriendo los productos en los mercados paralelos (ilegales o importados) a un promedio de 200 soles (57 dólares); en la farmacia de Digemid se vende a 47.70 (13,50 dólares), un precio mucho más bajo, reconoce Francesca, pero, asegura, que si se pudiera autocultivar el costo sería de sólo cinco soles (1,42 dólares).

Hay muchos pacientes de escasos recursos que tienen que comprar constantemente el cannabis para su enfermedad, y el costo se vuelve un factor crucial para poder mantenerse estables o para seguir sufriendo.

Por eso, Brivio remarca que no están en contra de la regulación y los controles que deben venir por parte de las autoridades, pero sí deberían dejar de lado criterios tradicionales y conservadores que están complicando que la ley actual se aplique como se debe y poniendo obstáculos para la aprobación del cultivo individual y colectivo.

Hasta ahora, los únicos congresistas que han escuchado su pedido y han decido apoyar su lucha son Alberto de Belaunde y Daniel Olivares.

Desde la Fecame esperan que en los próximos días se puedan sumar más congresistas de diversas bancadas para lograr un apoyo mayor.

Fuente: La Marihuana