En este post os contamos las ventajas y desventajas del cultivo interior y exterior .
Por lo general, a la hora de decidir un cultivo nos guiamos por las posibilidades de espacio que tenemos al alcance de la mano.
Así, si vives en un pequeño apartamento, no tendrás otra alternativa que comprar un buen par de lámparas y reservar un espacio para instalar tu cultivo en interior.
Puede ser un ropero, debajo de una mesa o mesada o algún refrigerador antiguo; existen infinitas opciones y en la red podrás encontrar ideas muy creativas.
Si, en cambio, tienes una azotea -o terraza- y/o un patio o espacio al aire libre, sí podrás pensar en un cultivo en exterior, y considérate un afortunado.
En ese caso, de lo único que tendrás que preocuparte es de la privacidad de tu cultivo en exterior.
Y eso es un riesgo sea o no el país en que vives un distrito legal.
La ilegalidad te pone en riesgo de los vecinos y la policía, pero la legalidad te pone a riesgo de los indeseables ‘cogolleros’, como llaman en Sudamérica a los ladrones de plantas.
Pero también cabe una tercera posibilidad, y si eres de esos, queremos tenerte de amigo o amiga.
Son aquellas personas que pueden optar entre instalar un cultivo en interior o un cultivo en exterior.
Ni que decir si ese espacio exterior es en tierra firme, por lo que ni siquiera precisas de macetas o comprar tierra.
Para unos, para otros, y para los más afortunados, La Marihuana te ofrece una completa y ágil guía para conocer las ventajas y desventajas del cultivo en interior y el cultivo en exterior.
Ventajas y desventajas del cultivo interior y exterior: ventajas del cultivo exterior
- La primera de las ventajas es, quizás, la ventaja más grande que puedes encontrar en este fantástico mundo del cultivo: el sol es gratis.
Las plantas de cannabis crecen más y las producciones son mayores cuando reciben gran cantidad de horas de sol.
Y en especial los rayos UVA, lo que ayuda a incrementar la producción de resina y terpenos.
- La otra importante ventaja es que requieres de una inversión mínima.
La mayoría de cultivadores puede hacer un compost a lo largo del año para en temporada de cultivo y, así, invertir lo mínimo posible en abonos.
Basta llenar un buen agujero con un compost y las plantas requerirán poco más.
Con el tiempo te darás cuenta que el compost es la herramienta ideal para un cultivo de exterior, y sin darte cuenta te impulsará a cultivar otro tipo de plantas.
Sucede que, muchas veces, el compost es un germinador natural de semillas que echaste quizás sin darte cuenta.
Una sola planta nos puede ofrecer cosechas superiores a un kilo e incluso dos de cogollos secos.
Esto es posible gracias al espacio ilimitado para el crecimiento tanto de sus raíces como de la zona aérea.
Pero si no tienes suelo de tierra, no te preocupes, no se requiere un gran espacio para instalar un cultivo en exterior.
Un simple balcón o terraza permite el cultivo de pequeñas variedades autoflorecientes cuando no se dispone de un huerto, jardín o guerrilla para plantas de mayor tamaño.
Y si dispones de un espacio privado o tienes vecinos de confianza, puedes tirar hasta dos o tres metros de plantas sin problemas.
Desventajas del cultivo en exterior
- Factor estacional. En un cultivo en exterior no se puede producir todo el año, tan sólo en los meses que el clima lo permita y que suele ser en la primavera y verano.
No obstante, en zonas próximas al ecuador, se puede cultivar todo el año.
No podremos controlar el clima. Y llegarán días nublados, lluvias, granizo y frío.
Todo eso, claro, si es que no cultivamos en un invernadero.
En ese caso, nuestras plantas estarán expuestas a las inclemencias meteorológicas que además siempre pueden llegar en los peores momentos y causar quiebres, raíces podridas, y plagas, entre otras cosas.
- Peligro de robos o denuncias. Lo que dijimos: los robaplantas son una plaga cada vez más extendida.
En 5 minutos pueden hacer desaparecer el trabajo de varios meses. También están los intolerantes a los que les molesta que en tu jardín o balcón tengas una planta.
- Mayor variedad de plagas. En exterior los ataques que pueden sufrir las plantas son incontables, desde pájaros y conejos, hasta jabalíes, según donde vivas, claro.
Desde araña roja, trips y mosca blanda, a orugas, saltamontes y caracoles.
Para combatirlos, tendrás que valerte de mucha información que te habilite a mantener a raya tu pequeño ecosistema.
Sobre todo si quieres hacerlo de manera completamente orgánica, sin químicos que, además, puedan contaminar tu deseado y sabroso fruto, en este caso, flores.
Ventajas del cultivo interior
- Total control del clima. Con las facilidades de hoy en día, podremos mantener una temperatura y humedad óptima y constante.
También ofrecer gran cantidad de horas de luz de alta intensidad y decidir en qué momento las plantas comienzan la floración con el control del fotoperíodo.
Y puestos que tenemos el total control del clima, podremos cultivar durante todo el año en forma ininterrumpida, lo cual es la ventaja más grande del cultivo en interior.
Con la variedad acertada, en un cultivo en interior se pueden conseguir cuatro cosechas al año.
Si se parte de esquejes, hasta seis cosechas al año. Un número imbatible, sobre todo si eres uno de esos fumadores generosos que regalan cogollos en todas partes.
- Cultivos con la máxima discreción. Lo mas delator del cannabis, son los intensos olores en la fase de floración.
Con un simple filtro de carbón, ningún vecino por cerca que viva se dará cuenta de nuestra actividad en nuestro cultivo en interior.
- Menos plagas. Se pueden contar con los dedos de una mano las plagas que afectan a cultivos de interior.
Araña roja, mosca blanca, trips, mosca del sustrato y excepcionalmente pulgón que, eso sí, te obligarán a desarmar tu cultivo en interior en forma íntegra para limpiar y volver a empezar.
Desventajas del cultivo en interior
. Gran inversión inicial. Entre iluminación apropiada, ventilación, armario de cultivo, programadores, termohigrómetro, se te pueden ir unos cuantos dólares.
Si bien existen kits para principiantes, no pasarán muchos meses sin que quieras especializar cada vez más tu cultivo en interior.
Rápidamente, se convertirá en un hobby y cada artículo que adquieras, sumarás una importante inversión para poder poner en marcha un cultivo en interior.
. Alto coste eléctrico. Aunque cada vez se fabrican equipos con un menor consumo eléctrico, desde extractores a sistemas de iluminación, lo cierto es que la luz cada día está más cara.
Aún así, siempre será rentable un autocultivo.
Otro riesgo que puedes tener por el alto coste de tu boleta son los investigadores, que hurgan entre los grandes consumidores eléctrico.
También los incendios que se pueden producir por cortocircuitos y que, según se ve muchas veces en las noticias, terminan por develar un cultivo en interior.
. Las plagas son mas agresivas. Aunque menos variedad, son más complicadas de detectar, tratar y eliminar.
Además en un ambiente como el de un armario, templado y con una humedad media, la mayoría se reproduce muy rápidamente.
Deberás estar muy atento a tu cultivo en interior para avizorar rápidamente el problema y echar manos a la obra cuanto antes.
Con algunos productos, químicos u orgánicos, podrás deshacerte con éxito y velocidad de esos indeseables visitantes, y producir, ahora sí, las flores más ricas y potentes de tu barrio.
Que el verano no detenga tu cultivo interior
La temporada de cultivo en exterior siempre es sinónimo de verano, sol y altas temperaturas. Es a fin de cuentas lo que necesitan las plantas para crecer y florecer en condiciones, además de agua y nutrientes.
Pero este aumento de la temperatura en muchos casos hace imposible el cultivo interior, por lo que son muchos los cultivadores que durante estos meses apagan la lámpara y dejan de cultivar hasta que las temperaturas de nuevo vuelvan a descender.
Pero siempre se puede hacer algo por intentar recudir la temperatura y no detenerse ni siquiera en los días de más calor.
La iluminación
Desde que hace una década aproximadamente, cuando irrumpieron las primeras luces LED que han ido mejorando año a año, cultivar en verano se ha hecho más fácil.
Es un tipo de iluminación que apenas emite calor, que es y ha sido siempre el gran inconveniente de las lámparas de alta presión de sodio y haluros metálicos, además de un menor consumo y mayor durabilidad.
Las últimas en llegar, las lámparas LEC, son igualmente de alta presión, pero con un menor consumo que las de sodio o haluros, ofrecen mejores rendimientos en cultivo interior.
Y en este caso el menor consumo también se refleja en menos calor emitido. Por ejemplo la lámpara LEC de menor potencia, de 315W, supera con creces los rendimientos de una lámpara de sodio de 400W.
En verano lo más adecuado siempre es evitar que el foto-período de luz del interior coincida con las horas de más calor en el exterior, que suelen ser las siguientes a partir del mediodía.
Lo más complicado en estos casos es la fase de crecimiento, ya que con foto-período oscuro de tan sólo 6 horas llega a ser complicado evitar algunas horas de calor.
Tampoco pasaría nada por reducir un par de horas el foto-período de crecimiento si ello hace que las plantas sufran menos.
La ventilación
A día de hoy, las lámparas de vapor de sodio y halogenuros metálicos son las más empleadas. Son económicas y ofrecen muy buena producción, pero como decimos emiten demasiado calor.
Y cuando se tiene que enfriar un armario con aire del exterior, y éste en ocasiones supera los 30º, cualquiera puede imaginar que será una tarea imposible.
Además de contar con una buena extracción e intracción de aire, un ventilador interior servirá para refrescar las apicales de las plantas, que por cercanía a la iluminación serán las que más sufran.
Cuando se emplean lámparas de sodio o halogenuros, siempre se puede echar mano de un cooltube o reflector refrigerado. Gran parte del calor que emiten, será expulsado directamente al exterior del armario mediante su propio extractor y conducto.
La mejor solución es usar un aire acondicionado, aunque el consumo eléctrico aumentará considerablemente.
Si el aire que se introduce en el armario está a una temperatura que ronde los 25-26º, considerada la ideal tanto por consumo como por bienestar personal cuando el aire acondicionado sea compartido, no habrá mucha diferencia entre cultivar en invierno o cultivar en verano.
Nuestro aliado el CO2
Aunque sin duda lo mejor es usar el exceso de temperatura en nuestro beneficio. O mejor dicho en el de las plantas.
La temperatura ideal de un cultivo interior es de 24-25º, donde el CO2 del ambiente es el suficiente para que las plantas realicen correctamente la fotosíntesis.
A mayor temperatura, más CO2 demandarán las plantas. Por ejemplo en un rango entre los 30 y 35º, la cantidad de CO2 que llegan a asimilar las plantas sería entre dos y cuatro veces más que el CO2 atmosférico.
Entonces la solución pasa por aportar artificialmente CO2. Está demostrado además que con este aporte extra, las plantas realizan mejor la fotosíntesis con temperaturas elevadas que con una temperatura ideal.
Sea con un quemador de gas propano, inyectado desde una botella de CO2, o mediante los conocidos como sistemas de reacciones químicas, siempre es necesario llevar un control del CO2 aportado, ya que un exceso puede ser fatal para las plantas.
Fuente: La Marihuana