MADRID, 18 May. (EUROPA PRESS) –
La legalización de la marihuana recreativa se asocia a una reducción de dolor crónico, si bien no cambia significativamente el uso de la atención médica en general, pero también con un aumento en su abuso, lesiones debido a sobredosis y accidentes automovilísticos, según un estudio realizado por investigadores de la Universidad de California en San Francisco (Estados Unidos).
En una revisión de más de 28 millones de registros hospitalarios de los dos años anteriores y posteriores a la legalización del cannabis en Colorado, los investigadores de la UCSF encontraron que las admisiones hospitalarias por abuso de cannabis habían aumentado después de la legalización, en comparación con otros estados. Pero teniendo en cuenta la totalidad de los ingresos hospitalarios y el tiempo pasado en los hospitales, no hubo un aumento apreciable después de la legalización del cannabis recreativo.
El estudio, publicado en ‘BMJ Open’, también encontró menos diagnósticos de dolor crónico después de la legalización, lo que concuerda con un informe de la Academia Nacional de Ciencias de 2017 que concluyó que existe evidencia sustancial de que el cannabis puede reducir el dolor crónico.
«Necesitamos pensar cuidadosamente sobre los efectos potenciales para la salud de mejorar sustancialmente la accesibilidad del cannabis, como se ha hecho en la mayoría de los estados –explica el autor principal Gregory Marcus, cardiólogo de salud de la UCSF y jefe asociado en la División de Cardiología de la UCSF–. Esta transición única a la legalización brinda una oportunidad extraordinaria para investigar las hospitalizaciones entre millones de personas en presencia de un mejor acceso. Nuestros hallazgos demuestran varios efectos perjudiciales potenciales que son relevantes para los médicos y los responsables de la formulación de políticas, así como para las personas que consideran el consumo de cannabis».
Según la Encuesta Nacional de 2014 sobre consumo de drogas y salud, más de 117 millones de estadounidenses (el 44,2 por ciento la población), han consumido cannabis en su vida, y más de 22 millones informaron haberlo hecho en los últimos 30 días. Si bien su uso es un delito federal como sustancia controlada, 28 estados y el Distrito de Columbia ahora lo permiten para tratar afecciones médicas. Nueve de esos estados lo han legalizado para uso recreativo.
Para comprender los cambios potenciales en el uso de la atención médica como resultado de los cambios generalizados en las políticas, Marcus y sus colegas revisaron los registros de más de 28 millones de personas en Colorado, Nueva York y Oklahoma del Proyecto de Utilización y Costo de la Atención Médica de 2010-2014, que incluyó 16 millones hospitalizaciones. Compararon las tasas de utilización de la atención médica y los diagnósticos en Colorado dos años antes y dos años después de que la marihuana recreativa se legalizara en diciembre de 2012; de Nueva York, como un estado urbano y geográficamente distante, y de Oklahoma, como un estado geográficamente cercano y principalmente rural.
Los investigadores descubrieron que después de la legalización, Colorado experimentó un aumento del 10 por ciento en los accidentes de vehículos motorizados, así como un aumento del 5 por ciento en el abuso de alcohol y sobredosis que causaron lesiones o la muerte. Al mismo tiempo, el estado vio una disminución del 5 por ciento en los ingresos hospitalarios por dolor crónico, precisa Marcus.
«Ha habido una escasez de investigaciones rigurosas con respecto a los efectos reales en la salud del consumo de cannabis, particularmente en el nivel de salud pública –alerta Marcus, titular de la Cátedra Dotada de Investigación de Fibrilación Auricular en la Escuela de Medicina de la UCSF–. Estos datos demuestran la necesidad de advertir enérgicamente contra la conducción bajo la influencia de cualquier sustancia que altere la mente, como el cannabis, y pueden sugerir que los esfuerzos para combatir la adicción y el abuso de otras drogas recreativas se vuelven aún más importantes una vez que se haya legalizado el cannabis».
Los investigadores no han podido determinar por qué la utilización general de la atención de la salud se mantuvo esencialmente neutral, si bien precisaron que los efectos dañinos pueden haberse diluido entre el número mucho mayor de hospitalizaciones totales. Apuntan también que podría ser que algunos efectos beneficiosos, ya sea a nivel individual o social, contrarresten los aspectos negativos.
Fuente: Europa Press